sábado, 28 de abril de 2018

Hermes, el guitarrista negro de Los Suaves. Rock español.



HERMES ALOGO MEBUY (?-2003), EL GUITARRISTA NEGRO DE LOS SUAVES. Rock español.

Ricardo Moyano. Abril 2018.

Hermes Alogo guitarrista de Los Suaves


                En la transición a la democracia de los años 80, la alegre movida madrileña tuvo alternativas muy diferentes en otras partes de España, como el rock radical vasco  de Eskorbuto en Euskadi, o el rock duro y triste de Los Suaves en Galicia. Yo me fijé tarde en esa banda. Pero cuando lo hice, me extrañó que en la formación inicial aparecía como guitarra solista alguien con un nombre tan extraño como Hermes Alogo Mebuy. Y cuando pude ver imágenes de esos años, me sorprendió que mientras  el Yosi  cantaba sus letanías alcohólica de perdedor,  todo actitud  y chupas negras de aviador como el resto del grupo, había ciertamente un personaje que parecía salido de otra película, nada menos que un negro que lejos de un papel secundario, tocaba los maravillosos riff de la guitarra solista. Eso sí, era distinto: en el grupo los blancos vestían de negro, y el negro de blanco. Los blancos llevaban gafas oscuras y el ceño serio; el negro miraba sonriente al escenario... Sólo que las apariencias engañan, y la historia realmente más triste era la suya.





                Una historia cruda, sí, pero envuelta en la bruma. De Hermes nunca se pudo conocer muy bien ni su pasado, ni su futuro.  Como tantos hombres del Africa negra, tenía que conformarse con sobrevivir en el presente. No se sabe bien cómo, había llegado desde la Guinea nada menos que a Orense, en la profunda Galicia. Antes, se sabía que había vivido  en su aldea natal, y que ya entonces empezó a nadar contracorriente: a los catorce años tenía que convertirse en  algo así como el alcalde de la aldea sucediendo a su fallecido  padre, pero se negó en redondo, y cambió la política por la difícil aventura europea. En la lluviosa ciudad gallega logró enrolarse en el Circo de los Muchachos. Era un chaval fuerte: hacía acrobacias con la bicicleta, y el número estrella era cargar con acróbatas encima de ella.




                Hasta que se cansó de esos números y aprendió a tocar la guitarra. Como músico del Circo recorrió el mundo, y en Japón se compró una guitarra eléctrica Yamaha roja que siempre le acompañaría. Le gustaba el hard rock, había conocido a los hermanos Young de AC/DC, y no se sabe bien cómo, aprendió a tocar los complicados fraseos del rock duro como ninguno. Y tampoco se sabe bien cómo, tiempo después Los Suaves se fijaron en él, dejó el circo, y se incorporó a la banda. Grabó desde el segundo  disco del grupo, y giró por España. Era un chico tranquilo y amable, querido por los músicos y los fans. Algunos recuerdan también haber jugado con él al baloncesto.... Pero en los escasos videos que se conocen se le observa algo separado de los demás, distanciado, como si su físico no destacara ya lo bastante su diferencia. Y allí, en esa soledad, desgranaba la magia emocional de su guitarra, en largos punteos. Yosi ponía la voz, su hermano Charly el bajo, y Hermes la guitarra. Era el período más dulce de Los Suaves, el más melódico y cercano a Thin Lizzy, y para muchos, el mejor. A su marcha, derivarían a un sonido más duro y metalero.

         Veamos uno de los escasos videos en que se puede ver a Hermes con calidad, aunque en playback.


Dolores se llamaba Loca playback en Television gallega

                La entrada en una banda de rock provinciano, ya se puede imaginar, no solucionó los problemas del negro guitarrista. Tenía muchos, y el menor no era legalizar su residencia en España. Intentaba arreglar los papeles  en las comisarías, sin conseguirlo. Muchos no se creían siquiera que no fuera un delincuente. No deja de ser irónico que el propio cantante Yosi, fuera del escenario, fuera policía. Luego las cosas mejoraron, la banda iba siendo conocida, y llegó el amor con una joven gallega; se casó y tuvo dos hijos. Pero ni por esas, a pesar de que procedía de una ex colonia española, consiguió la nacionalidad. La ley exige un período previo de residencia legal... Aun así seguía tocando y sonriendo, poniendo música a las letras desesperanzadas de Yosi. 

        Pero el tiempo de la ilusión terminó. Primero llegó la separación conyugal, luego la enfermedad: los primeros síntomas de parálisis facial que en realidad delataban una grave enfermedad cerebral. Y los papeles de residencia seguían sin llegar. Al final, harto, solo, sin dinero, decidió que era solamente un negro sin suerte en un país que le volvía la espalda. Y un día, en 1991, cuando Los Suaves fueron a buscarle para que entrara a grabar el nuevo disco, no le encontraron. Supieron luego que había regresado a Guinea.

Hermes en vivo Llegaste hasta mi

            (En este video se puede ver a Hermes en un concierto en vivo. Aunque el sonido no es bueno, se aprecia su gran sentimiento y técnica).

                Y aquí empieza la leyenda de Hermes. El grupo siguió con otra formación, aunque en todos los viajes a Madrid preguntaban en la embajada de Guinea por él, sin éxito. Se lo había tragado la tierra. Y comenzaron  los rumores, las especulaciones.... entre los fans. Hasta que un día la respuesta no vino en el sobre frío de un embajador, sino en la voz de la propia familia española de Hermes. Al acabar un concierto, la esposa gallega del añorado guitarrista se acercó con sus hijos al backstage de los músicos. Les traía la noticia de que Hermes había muerto en 2003 en Guinea.

          Aun entonces hubo dudas, continuó la leyenda, ya amortiguada... Charly, el bajista, escribió un texto de recuerdo en 2006, sin tener demasiado claras las circunstancias ni el momento de su muerte. Hasta que años después la red se encargó de cerrar el misterio de forma sorprendente. Fernando Antolín, un misionero de Testigos de Jehová aficionado al rock que  había vivido en Guinea antes de trasladarse a Bolivia confirmó la noticia de la muerte y añadió todo tipo de detalles, ya que le había tratado en la misión de Bata. "Llegó un día al único Salón del Reino que había entonces en la ciudad de Bata, en el barrio de Comandachina. Se sentó en uno de los bancos de madera del salón, en la parte de atrás, y al concluir la reunión se fue tal como había llegado, poco a poco y en silencio, medio arrastrando una pierna. Desde ese día comenzó a asistir asiduamente a las reuniones de la congregación de Comandachina. Se sentaba siempre en la parte de atrás y al terminar se iba sin decir palabra. Asistencias de más de cuatrocientas personas abarrotaban en aquél tiempo nuestro salón, pero Hermes no pasaba desapercibido y enseguida llamó mi atención. Aparte de sus evidentes dificultades físicas para caminar, la primera impresión que recibías es que estaba mentalmente tocado. Llegaba como sobrevolándolo todo, con sus ojos muy abiertos pero como abstraídos hacia su interior, parecía estar siempre entre sorprendido y deslumbrado sin aparente razón, permanentemente ido y como ajeno a la realidad que le rodeaba, lo que le confería un aire de alucinado...." 

          El misionero recordaba sus conversaciones con Hermes, hacia 2001. Era una persona desaliñada, enferma, que cojeaba y tenía ojos de lunático, en el que había progresado la parálisis cerebral y que vivía con su madre, a la que Hermes tachaba de bruja. Inicialmente era un asistente más al local de los Testigos, hasta que un día  comentó al español que él era aquel guitarrista negro de Los Suaves de los años 80, le enseñó fotos inequívocas, ya algo deterioradas, que conservaba.  Luego, durante un par de años, Hermes siguió acercándose regularmente por la misión cristiana, aunque sin bautizarse nunca. Un día el misionero le pidió que tocara algo en la guitarra, y él hizo un esfuerzo, pero era incapaz de sacar un acorde de la guitarra. La cabeza y la mano paralizada no le respondían. Y un día de 2003 también desapareció de la misión. El religioso supo que había muerto, y acudió junto con otros misioneros a casa de su madre a velar el cadáver. Sólo les permitieron rezar una oración cristiana.  Aun en el sencillo ataúd de su casa, Hermes parecía sonreír... Al mal tiempo, buena cara. Las cartas no le vinieron bien dadas. Porque quizá , a fin de cuentas, a pesar de que Hermes parecería una luminosa excentricidad africana en aquella depresiva  banda gallega, las canciones tristes y de mala suerte de Yosi se habían escrito también para él. Como ésta, en la cual tocaba Hermes .

"Ese día piensa en mí".
              
  "El día que se acabe el tiempo,
                cuando el sol se apague para mí.
                El día de la eterna noche sin sueños,
                cuando por fin deje de sufrir.
                El día en que de madrugada la dama
                me visite al fin...
                Ese día piensa en mí,
                ese día piensa en mí..."

     Los miembros de Los Suaves siempre le recordaron. Como Yosi, que presentó un tema ("Nena, te voy a dejar") en los conciertos de los años 2000: ""Un día hace muchos años cuando iba en el coche viajando con alguien que iba a mi lado, le dije: 'Joder tío, no puedo seguir más, porque el escenario se me está convirtiendo en una prisión', y él me dijo: 'Cállate Yosi, joder. No hables tanto, y escribe más.' Ese hombre tocaba una guitarra blanca. Ese hombre escribió el solo de una canción. Él no está aquí. Se llamaba Hermes Alogo Mebuy"




     Y con más extensión y detalle el bajista Charly, escribió en 2006: 

   "Pero en la memoria Suave también quedará la figura de Hermes que no hace mucho (deseo no saber cuándo), le dijo adiós al mundo que tanto recorrió, después de muchos sinsabores físicos y personales, que siempre intentó superar con sonrisas y silencios. Tras una vida de fugas, se fue de su país Guinea y de sus gentes para no asumir a los catorce años la posición de Jefe de la aldea heredada de su padre. Eligió irse con el circo de La Ciudad de los Muchachos de Ourense, para cargar en sus hombros y sobre una bicicleta a quince compañeros, en un número con forma de una figura de cola abierta de pavo real, hasta el día que pensó que era mucho esfuerzo y decidió ser el guitarrista del grupo del circo, es decir cambió el coso por la platea. Viajó con el circo por todo el mundo; estuvo en Australia, donde él decía que conoció a los hermanos Angus y Malcom Young de AC/DC, en Colombia, en New York donde conoció y viajó en metro por primera vez, en Japón en donde compró su guitarra Yamaha roja por 7.000 pesetas luego tuneada de negro, y que nunca se abandonaron. Llegó a grabar en la capital de china para no se quien. Y un día en los ochenta entró en los Suaves pasando toda la década en grabaciones y conciertos, regalando solos de su vieja guitarra Yamaha 7.000. Se casó con una gallega, tuvo dos hijos, fue feliz durante unos años y luego... se quedó solo, después fue infeliz el resto de sus días, acompañándole una parálisis parcial, una suerte desagradecida y unos papeles esquivos. Regresó a su tierra rechinando palabras de injusticia y rabia, para no volver jamás. Donde quiera que estés, querido Hermenegildo Alogo Mebuy "Hermes", véngate de los tiempos injustos y recuerda los buenos que pasamos. Aquí nosotros siempre te recordaremos... Tu amigo Carlos "Charli" Domínguez 30-1-2006."


 Vaya este pequeño texto de recuerdo a la figura de Hermes Alobo Mebuy.

Para más detalles: 


Otro blog muy interesante: La ciudad del rock Hermes Alogo





martes, 17 de abril de 2018

XLII Campeonato de España de ajedrez individual 1977 Can Picafort Bellón campeon


Ajedrez. Campeonato de España individual de 1977. XLII campeonato. Can Picafort. Bellón campeón.

Hotel Exagon en Can Picafort

1. Introducción. El 42º campeonato de España individual tuvo lugar en la localidad mallorquina de Can Picafort a comienzos de octubre de 1977, concretamente entre el 27 de septiembre y el 8 de octubre.



La bella localidad del norte de la isla, antiguo puerto de pescadores, había empezado su despegue turístico en esa década de los años 70, y se eligió para su celebración -alojamiento de jugadores y partidas- el Hotel Exagon, uno de los más antiguos actualmente, al que da nombre su diseño con elementos hexagonales.  El Open de Can Picafort que venía celebrándose desde 1971 y que todavía perdura -en una segunda etapa-, tenía por entonces también esa sede.




La ubicación exacta fue la discoteca del hotel, en los bajos, lo que fue alabado por algunos por el recogimiento y silencio de las instalaciones -en ese horario de juego, lógicamente-, y criticado por otros por la falta de ventilación y luz natural. De hecho, una avería eléctrica de toda la población, en la última ronda obligó a que se celebrara la ronda con dificultades acercándose a los ventanales del hotel.






La discoteca del hotel Exagon, escenario de muchas luchas ajedrecísticas de esos años
En cualquier caso, las críticas no fueron tan exarcebadas como en el reciente campeonato juvenil de Carcaixent (Valencia) en que se produjo un boikot de algunos jugadores, reprimido por el director Torquet con la expulsión de los cabecillas. El episodio suscitó una agria polémica entre Torquet y los jugadores en el Butlleti de Escacs catalán.



Las Federaciones levantinas estaban en plena actividad en esos meses, ya que la Federación de Alicante organizó el campeonato de España por equipos en ese verano de 1977 (al que yo acudí) y ahora también el individual, ya que aunque se celebró en Baleares, la dirección fue asumida por la Federación de Alicante.

2. Generalidades.- 




Sistema de juego: El sistema de juego fue el suizo a 10 rondas habitual en esa década, y muy criticado por los mejores jugadores, como Bellón entre otros. Sin embargo, se mantuvo entre 1971 y 1979, y tras unos años de retorno al sistema de liga, en 1985 se volveria de nuevo al suizo. Sin duda no es el sistema ideal para proclamar el campeón de España, pero el suizo permite ampliar la nómina y que compitan numerosos jugadores de todas las provincias españolas.




Organización: El director del torneo, el mítico Joan Torquet, secretario de la Federación catalana, era un firme defensor del sistema suizo, y uno de los mayores expertos nacionales en los difíciles emparejamientos en una época en que las cartulinas no habían sido eliminadas por los programas informáticos.  La dirección  como árbitro principal corrió a cargo del alicantino Delfin Burdio, auxiliado por Pablo Morán (Asturias), Romero Briones (Sevilla) y José Gutiérrez, de la propia Federación alicantina.




Nómina de participantes: 86 jugadores de 39 federaciones provinciales. Se mantuvo pues en ese tiempo el sistema de clasificación desde campeonatos provinciales, concediendo la F.E.D.A. un cupo de jugadores a cada Federación provincial en función de su importancia, aunque algunos jugadores acudieron por su titulación o por invitación bien de la Federación nacional bien de la provincial.


Fuentes: Buttletí de la Federación de Cataluña, noviembre de 1977. Jaque num. 71 (Román Torán) y 72 (Sección "Ecos del torneo", con varias partidas comentadas) Ajedrez 6000 num. 76. Prensa.

Nómina: Con las bajas de muchos titulados como Pomar, Díez del Corral o Medina, sólo comparecieron dos MI, Bellón como maximo favorito (campeón en 1969, 1971 y 1974)  y Calvo, que era una incógnita ya que trabajaba en la capital Palma como médico, y Can P. está a 60 kilómetros al norte. Calvo tuvo que recorrer todos los días esa distancia, e incluso cambiar el horario de juego, lo que sin dua repercutió en su rendimiento.

Por detrás como favoritos se situaban los jóvenes Angel Martín (campeón vigente), el vasco José Luis "Txelu" Fernández, el ex campeón Sanz, el valenciano Oltra, el campeon juvenil el sevillano Rivas... , Montecatine, y los veteranos Merino, Menvielle, Palacios, etc. Aunque sin muchos titulados, realmente la nómina era muy completa respecto a lo mejor del ajedrez español de esos años.



3. Desarrollo: Se cumplieron los pronósticos. Bellón no arriesgó como otras veces en todas las partidas, jugando con la calculadora en la mano,  y acabó imbatido con 8 puntos sobre 10, seguido de José L. Fernández con 7,5. Por detrás Martín, Sanz, Rivas, Merino, y Calvo, con 7. 

En la última ronda estaba todo decidido, por lo que la avería eléctrica no produjo otras cosa que un cesto de tablas sin lucha. 
J.M. Bellon. Foto obtenida de la web "Ajedrez de ataque".


En este enlace puede consultarse la clasificación completa, gracias a la gestión de la web por el investigador Javier Cordero:

Tabla de clasificación del campeonato de España 1977






Evidentemente hay que destacar la buena actuación del trío vencedor, J.Manuel Bellón y los jóvenes J.L. Fernández y Angel Martín, pero también del campeón juvenil el sevillano Manuel Rivas, que se proclamaría campeón en años sucesivos.


Dejando aparte las clasificaciones individuales, descolló como siempre el ajedrez catalán, con Pujol, el veterano Romá Bordell, el jovencísimo Miralles, etc.,  aunque en este año no brillaran en las primeras posiciones, fuera de Angel Martín.




Representación grancanaria: Por Tenerife acudió Adalberto Villavicencio, que obtuvo 5 puntos, una buena puntuaciòn en esta su primera participación. En cuanto a Las Palmas, la representación fue cuádruple, bastante nutrida, como ocurría en estos años de sistema suizo siempre. Se notaba ya el relevo generacional, con Angel Fernández retirado desde 1976, Domínguez participando irregularmente, etc. Sólo Menvielle se mantenía en la lucha por el nacional. El resto era por derecho propio nueva hornada salida del provincial de ese año ademas del ex campeon Fraguela. En concreto, acudieron Menvielle, Sergio Cabrera y Octavio Pérez ocupando las tres plazas a que daba derecho el provincial (Octavio cubrió la baja de José García Padrón, que renunció) y Fraguela como ex campeón de España.



Los resultados de los grancanarios fueron decepcionantes, en especial el ex campeón  de 1975 Fraguela, que sólo obtuvo 5'5 puntos. Realmente, tras una gran intensidad como jugador hasta 1976, José Miguel había iniciado un cambio de vida con la llegada de la democracia y la renovacion politica.Veía demasiado difícil el convertirse en ajedrecista profesional, y en vez de dedicarse las 24 horas al ajedrez de competición, se iba interesando por la organización  y el ajedrez federativo cada vez más. Pero tambien por las reivindicaciones politicas de la izquierda. Igual firma manifiestos contra la Otan que hace pinos en el arbitraje. 

Menvielle fue el mejor de los cuatro totalizando 6 puntos (14º) desinflándose en las cuatro últimas rondas, en que sufrió una derrota y tres tablas. Todos los demás quedaron en la zona media. Como me comentó S.Cabrera, individualmente tenía cierta sensación de fracaso, pues sólo repetía la puntuación de 1973 en Tenerife, lo que con los puros números podía dar a entender que no había progresado, aunque su juego fuera evidentemente más consistente. Al año siguiente, 1978, Sergio se despediría de los nacionales mejorando ligeramente su actuación con 5.5. puntos. Brillaría más en esos años en el ajedrez por equipos en los campeonatos de España. Tampoco las cosas fueron mejor para Octavio Pérez, que comenzó perdiendo partida tras partida y sólo se rehízo en las últimas rondas ante rivales de menor mérito. Realmente, tras el triunfo de Angel Fernández en 1967 y de Fraguela en 1975, habría que esperar hasta 1983 para que el ajedrez grancanario volviera a hacer algo importante, con el triunfo de José García Padrón.

En las cartas de esos años, yo estaba cursando estudios en Valladolid, mi amigo comentaba que a pesar de ser verano en el hotel se pasaba frío. Igualmente contaba maravillas del nivel que observaba en los jugadores catalanes. Pese a los esfuerzos del ajedrez grancanario, constababa la neta superioridad del ajedrez catalán, incluso en ese año en que fuera de Angel Martín no destacaron especialmente. Particularmente le llamó la atención el joven Miralles, al que le faltaba todavía madurar su juego. 



 Se editó un boletín con una selección de partidas, a cargo del jugador palmense Jiménez, que al igual que Calvo, tuvo que recorrer todos los días la distancia hasta la capital para editarlo en su propia imprenta, lo que fue calificado por el Boletín catalán como "un esfuerzo y una proeza". Gracias a este boletín, recuperado por mediación de Ricardo Lamarca, se han podido conocer un buen número de partidas, transcritas a base de datos por el investigador argentino Eduardo Bouzá.

 Base parcial de partidas






Fichas de los cuatro grancanarios:













Leyenda:
ALI: Alicante / ALM: Almeria / AST: Asturias / BAR: Barcelona / GER: Gerona / GUA: Guadalajara / GUI: Guipúzcoa / LCO: La Coruña / LEO: León / LPA: Las Palmas / MAD: Madrid / MAL: Málaga / MUR: Murcia / PAM: Pamplona / SAN: Santander / SEV: Sevilla / TEN: Tenerife / VAL: Valencia / ZAR: Zaragoza.

Finalmente, para los interesados, pueden descargar el boletín de partidas. 








viernes, 6 de abril de 2018

Diario del Solitario. 8. La gata Picolina


Diario del Joven y el Solitario 8. La gata Picolina.




Abril de 2018. Ricardo Moyano.

(Dedicado a mi amiga Begoña Solaz, que conoció a Picolina).

Pronto volví a ver al solitario. En esa ocasión no tenia entre las manos su cuaderno de notas, ni una bebida, ni otra cosa que una bolsa con pan y un bastón a su derecha. Estaba tranquilamente sentado en un banco del parque San Telmo, haciendo la estatua.

-Le veo a usted ausente, solitario.

-Ausente no, al contrario, estoy conmigo mismo, que no es poco. Dicen que es imposible dejar de pensar, un solo instante. Y es así. De hecho estoy envuelto en gratos recuerdos.  Acompáñeme, si quiere.

Situó el báculo al otro lado del banco, haciéndome sitio. Sacó unos trocitos de pan de la bolsa y las palomas se arremolinaron zureando a su alrededor. El solitario les arrojaba migas de pan a un ritmo exacto, como si le hubieran dado cuerda. Me recordaba esas figuras inmóviles de los buscavidas ambulantes, que se disfrazan de faraones, astronautas o ecce homos a cambio de unas monedas. Pero en este caso el solitario era el dadivoso. Me debió adivinar el pensamiento, porque dijo:

-Mi joven amigo, los animales siempre nos dan más de lo que reciben. Son espejo de una versión mejor de nosotros mismos, la de nuestros sueños. Las aves nos dan el regalo de su grácil vuelo, de su libertad, de su cielo infinito. Y qué diríamos de los caballos, los borricos, o sobre todo de los perros y los gatos que viven en nuestras casas y en nuestros trabajos. Me dirá usted que las palomas vienen por las migas de pan. Puede ser. Pero nuestros chuchos y mininos nos dan el mejor de los obsequios posibles, su amor y su compañía absoluta y desinteresada.

-No necesita usted convencer a un creyente... Pero ¿por qué dice "en nuestros trabajos"? En el mío no hay otro animal que alguna mosca intrusa-.

-Claro. Hoy día no es muy frecuente, pero en los edificios antiguos se colaban nuestros peludos. Yo trabajaba a menudo junto a la gata del juzgado,  en aquellas dependencias vetustas de la Audiencia... Aquellos años están muy vívidos en mi memoria. A mis años, la vida consiste en un pacto entre el presente y un pasado confuso, fragmentario... Lo que sobrevive al olvido y viene a la memoria un día u otro.

Hizo una pausa, el solitario, y apoyó su mano en mi rodilla.

-Joven, un día tiene usted que hablarme de cómo son los Tribunales de ahora. Porque, aunque no lo crea, los viejos también aprendemos de los jóvenes. Claro que a veces lo que aprendemos de ustedes es que cometen nuestros mismos errores -rió-. Dicen que la piedra es el único mineral que tropieza dos veces en el mismo hombre...Pero afortunadamente, a veces la piedra se da cuenta y nos esquiva. También la piedra olvidada puede convertirse en una versión mejorada de sí misma. ¿Soñarán los pedruscos calcinados del malpaís? ¿Soñará la arena desnuda de los desiertos? Lo cierto es que cada generación mejora un poco a la anterior.En eso consiste el progreso.

Me encogí de hombros.

-Yo creo que muchas veces retrocedemos como los cangrejos. Me parece que es usted más optimista que yo. 

-Hoy sí. Eso depende del estado de ánimo. Ahora tenemos una tarde azul, la vida es buena, las mujeres bellas, me quieren las palomas...

-Porque les echa usted pan, usted mismo lo ha dicho- reí.

-Yo dije que "eso podría pensarlo usted". No ponga en mi boca sentencias ajenas, joven; cíteme bien. Pero es verdad que no puedo comparar las torcaces con mi Picolina. Estaba pensando en ella, cuando usted llegó.

-¿Quien era Picolina? ¿Una chica?

-De alguna manera, ja ja ja. Ya le dije, la gata que había en mi Juzgado. Se paseaba por todo el edificio, tenía tema con cualquiera, pero quiero creer que tenía predilección por mí, si atendemos a sus caricias especiales, y a que conmigo pasaba más tiempo. Era una gata grande y negra. Hacía una buena labor, ahuyentaba a los roedores, y nos protegía de los malos espíritus. Porque según leyenda, el edificio estaba, y está, alzado sobre un antiguo cementerio, y de noche lo visitaban algunas ánimas. Los agentes de seguridad escuchaban por las noches arrastre de cadenas y lamentos.

-¿Y Picolina les protegía?

-Por supuesto. Era una gata talismán. Se subía al sillón de un salto, ya sabe lo ágiles que son los felinos, y me miraba desde allí con sus grandes ojos verdes, interrogantes. Yo aprobaba con la cabeza y entonces ella se dormía plácidamente, en ovillo. En ese instante, para mí, el despacho era un reducto de sosiego, y  mi tarea fluía apaciblemente, como si por ensalmo desaparecieran del aire eso que un amigo suramericano llama "la mala vibra". A Picolina, claro está, nunca le faltaba  en mi habitación comida y agua.

-¿Ve usted, solitario? Era como las palomas, estaba allí por interés- sonreí. El solitario estiró el cuello, con ofendido orgullo.

-Piense usted lo que quiera. Aunque no le hubiera ofrecido ni los restos de una lata de sardinas, la gata hubiera venido a mí.

-Vale, vale, no pretendía contrariarle, solitario. ¿Y qué fue de ella?

El rostro del solitario se ensombreció ligeramente, justo cuando las nubes velaron el sol sobre nuestras cabezas. También se le habían terminado las migas y las palomas echaron a volar.

-Picolina estaba al margen del reglamento, por supuesto. Hubo quien dijo que provocaba suciedad, otro que eran alérgicos a los gatos. Pero sólo una funcionaria, una que tenía pánico a los gatos,  hizo un escrito oficial de queja. La gerencia le hizo caso, y ordenó  la salida de la gata en cinco días; de nada valieron mis protestas. Yo no podía hacerme cargo porque en ese tiempo tenía una novia nada animalista. Al final encontré una vecina que se hizo cargo de Picolina. A pesar de mis esfuerzos, me sentí un traidor, y creo que la gata lo vería igual. El amor es exigente.

-El de su novia...

-Y el de la gata. Ya le dije. Los animales nos dan mucho, y también exigen. Es lo justo. Aunque realmente exigen mucho menos que nosotros. Siglos de marginación, de desprecio y de maltrato les han hecho conformarse con poco.

-El amor siempre engendra dolor. He tenido perros, y sé lo que es perderlos...

-Pero Picolina no había muerto, ni la historia acaba ahí. Lo cierto es que desde su marcha los sonidos nocturnos, las psicofonías, se convirtieron  en auténticos alaridos. Había muchas ratas. Las ventanas se abrían solas. Los agentes de seguridad, hombres bragados que apenas cabían por la puerta, estaban aterrorizados. Notaban que alguien les rozara la cara, o los tobillos... Y no sólo eso.  La funcionaria que puso la denuncia empezó a escuchar maullidos en su casa; miraba debajo de los muebles, abría la ventana, y no había nadie... Luego enfermó varias veces. Como secuela le quedó un temblor en los labios. En su oficina empezó a notar un olor acre. Un día incluso dijo haber olido azufre.

Ahora reí con ganas.

-Se pensaba que era Satán, en persona. Tal como me lo cuenta, sería cosas de llamar al exorcista.

-No se ría usted de lo que ignoramos. Le sorprendería saber la cantidad de científicos supersticiosos que he tratado. Mi opinión era distinta: no era Picolina la que provocaba esos desmanes, sino su ausencia. Ya nadie se interponía entre nosotros y el aquelarre. En el noviembre oscuro y brumoso que dio comienzo, doblaron las campanas de la torre por la noche, en el mismo instante en que, según supimos luego, la funcionaria tuvo un grave accidente de coche.



-La mala suerte.

-Sí, o quien manejara la mala baba de los dados. Sonó el teléfono en mi casa. El hospital me mandaba recado para que acudiera con urgencia. La funcionaria, en vigilia y en sueños, preguntaba de continuo por mí. Sufría de alucinaciones y de histeria. Me agarró las manos, me suplicó que hiciera algo sobre Picolina. Firmó un oficio, y la gata regresó. El día que la trajeron se coló  por mi ventana, saltó desde la mesa al sillón, y desde allí me miró con sus ojos glaucos, infinitos y sabios. Yo cabeceé, aprobatorio, como siempre, y ella, sin más protocolo se hizo un ovillo y se durmió. Luego bebió agua fresca en su cuenco. Comprenderá que a partir de entonces cesaron los fenómenos.

-¡Se había cerrado la puerta del Averno!.

-No hay que llegar tan lejos. Sencillamente, todo había vuelto a la regular normalidad. Y es que, joven, la felicidad, tal como yo la concibo, no es más que el orden simple de las cosas.

-O quizá Picolina era la pieza de encaje entre dos mundos, el del abismo y el de la luz.

-¿Acaso no estamos diciendo lo mismo?